Consejos sobre el abonado racional en cultivos de secano
Tras indagar en las peculiaridades del abonado de fondo, nos centramos en el abonado racional en cultivos de secano.
Normalmente, el suelo, no puede suministrar los nutrientes necesarios para su crecimiento y producción en el tiempo adecuado. Por ello, si el agricultor quiere atender las necesidades nutritivas del cultivo, tendrá que establecer un programa de abonado racional basado en las extracciones de nutrientes en relación a la producción esperada, la fertilidad del suelo, el estado de nutrición del árbol y los nutrientes aportados por las reservas contenidas en tallos y hojas viejas.
Tan importante como conocer las necesidades de nutrientes del cultivo es conocer su ritmo de absorción a lo largo de las distintas fases vegetativas, que debe tenerse presente a la hora de aportarlos al cultivo. Las mayores necesidades de nitrógeno se sitúan en la floración y el cuajado del fruto, en tanto que las de potasio son más importantes a partir del crecimiento y maduración del fruto. Las necesidades de fósforo no presentan unas puntas tan acusadas y son más regulares a lo largo del ciclo.
El plan de abonado debe tener también presente la fertilidad del suelo y sus características físico-químicas. La realización de análisis de suelos puede orientarnos sobre la capacidad de cada suelo para abastecer de nutrientes, sobre todo en lo que se refiere al suministro de fósforo y potasio.
Con relación al estado nutritivo, el análisis foliar proporciona una referencia muy válida que nos puede servir de guía para el cálculo del abonado. El análisis foliar es útil no sólo para conocer el nivel de nutrientes antes de que aparezcan deficiencias nutritivas, sino también para conocer la proporción entre ellos, ya que si está desequilibrada puede ocasionar trastornos nutricionales al cultivo.
Almendro de secano
En explotaciones de almendro en secano, la época de aporte de nutrientes al suelo se realiza durante los meses de noviembre y diciembre, regulando el mismo en función de las lluvias acontecidas.
El abonado se realizará con formulaciones ricas en fósforo y potasio y con la mayor parte de nitrógeno en formal amoniacal. Es beneficioso el aporte de otros minerales como el hierro, magnesio y calcio.
Mediante la fertilización foliar el abonado es aplicado, mediante pulverización, en forma de solución nutritiva a la copa de los árboles, siendo absorbido por las hojas. Este sistema permite una utilización rápida y eficiente de los nutrientes. Está especialmente recomendado para el aporte de micronutrientes y en aplicaciones de “choque”, para tener una pronta respuesta. Para una mayor eficiencia, las aplicaciones se han de hacer con el árbol en actividad vegetativa y cuando las hojas estén totalmente expandidas.