Continuamos indagando en el abonado racional en cultivos de secano. Tras estudiar las necesidades del cultivo de almendra, hoy nos centramos en otro de los cultivos principales de la agricultura mediterránea: el olivo.
Repasamos las necesidades de este cultivo para mejorar la fertilidad del suelo, el estado de nutrición del árbol y los nutrientes aportados por las reservas contenidas en tallos y hojas viejas.
Abonado racional de olivar en secano
El fósforo y el potasio pueden incorporarse en otoño, si se aplican por separado, o después de la recolección si se aportan junto al nitrógeno. Cuando se aplican los tres elementos juntos, mediante un abono complejo, o se aplican sólo abonos nitrogenados es preferible hacer la aplicación inmediatamente después de la recolección, para aprovechar todas las lluvias primaverales y posibilitar el paso de los nutrientes a la solución del suelo.
El olivo responde bien a las aportaciones de nitrógeno, potasio y microelementos (excepto el hierro) por vía foliar, que pueden realizarse aprovechando tratamientos de productos fitosanitarios y que están especialmente indicadas en tiempo seco. La absorción foliar de los nutrientes se favorece si la temperatura ambiental es suave, si la humedad ambiente es elevada y si el olivo tiene una proporción importante de hojas jóvenes, lo que sucede de abril a julio. La utilización de agentes mojantes favorece la adhesión del producto a las hojas y facilita su absorción.
Es importante conocer los principales productos disponibles en el mercado, así como dosis y aplicación de las mismas. También es aconsejable la realización de análisis foliares y de suelo para conocer el estado nutricional y sus limitaciones actuales.